B.S.O. " El último mohicano" (1992, Michael Mann) compuesta por Vangelis
dale al "Play" y a leer...
“Primero vinieron a por los comunistas,
y yo no los defendí, porque yo no era comunista.
Después vivieron a por los judíos,
y yo no los defendí, porque no era judío.
Entonces vinieron a por los católicos,
y yo no los defendí, porque yo no era católico.
Finalmente vivieron a por mí,
y para entonces, ya no quedaba nadie para defenderme”
Bertolt Brecht
(Augsburgo1898- Berlín1956)
No eran mas de
las 2 de la tarde, cuando desde la cristalera del bar de enfrente mientras me refrescaba
con un par de cañas de cerveza y en compañía de una compañera del curso del
Sepecam, comencé a vislumbrar que la concentración no iba a ser lo masiva que
esperaba. Junto a nosotros, a nuestro alrededor, representantes de las
distintas orientaciones políticas, contrarias al actual equipo de gobierno
municipal, iban haciendo acto de presencia, concentrándose ambos a nuestra
izquierda, unos más cercanos y dicharacheros y otros menos numerosos e
introvertidos.
Las
conversaciones iban dando a su fin cuando un numeroso grupo de jóvenes y no tan
jóvenes, ataviados con unas camisetas verdes con dibujos en y eslóganes en blanco
que no llegaba a reconocer, estampados en el pecho de las mismas, hicieron irrupción en el centro de la plaza, instalándose
bajo las zonas mas resguardadas y ensombrecidas por los árboles.
Salimos
continuando nuestras conversaciones como si no fuese con nosotros lo que estaba
comenzando a producirse.
Tras cruzar la
calle comencé
a buscar el sitio donde plantarme.
Buscaba
ignorante de mí, una cabeza visible del grupo particular con el cual me
identificaba y con el cual quería prestar mi apoyo y presencia solidaria en este evento.
Entre las
innumerables caras sonrientes y la mayoría desconocidas para mi, al no ser un
ambiente en el que soliese moverme, no conseguía identificar a algunas personas
de mi misma condición, alguien que en estos momentos no estuviese concentrándose
o personándose para defender un derecho laboral, donde los recortes económicos,
estaban trasladando unas horas de la ocupación de unos educadores a otros menesteres y que los profesores quienes se ocupaban de esos menesteres anteriormente se convertirían en nuevos
miembros de la enorme cola de los casi 5 millones de desempleados que pululábamos
en nuestro país engrosando sus enormes listas.
Seré conciso,
y me dejare de gaitas y rocambolescas definiciones para llegar al mismo sitio.
Buscaba Padres.
Padres de hijos en edades escolares que intentasen defender el derecho a una
educación pública gratuita, que en primera instancia estaba siendo atacada,
cercenada y estrangulada en su prolongación más inmediata, la educación
secundaria.
Rodeado como
me hallaba de profesores de institutos, con plazas fijas o en condición de
interinidad, con sus esposas y alguno de sus chiquillos, los menos, con unos
cuantos de sus amigos mas allegados, con la pequeña representación de las
fuerzas políticas de la oposición y con algún que otro despistado, mientras las
cámaras locales de la televisión micrófono en mano, intentando captar el
mensaje y sentido de la concentración entre sus defensores y realizando su
escaso despliegue de medios, me eche en la cuenta de que no había .
Ningún maestro de primaria, ordenanzas o conserjes de las
instalaciones educativas.
Ningún medico, enfermero, ATS o celador de nuestros
centros de la Seguridad Social.
Ningún barrendero, administrativo, cajero o bedel municipal.
Ningún operario de limpieza, construcción, jardinería, carpintería
u oficio y rango de los que nuestras localidades gozan para el bien común cuyos
sueldos son pagados con las arcas municipales, provinciales, regionales o autonomicas.
Ningún funcionario en general.
Pero lo peor de todo para mi, es que no había…
...ningún PADRE o MADRE de chiquillos en edad escolar, que llegasen a captar el peligro que se estaba
cerniendo sobre nosotros.
Si algo tan elemental como la educación pública, permitíamos
que comenzasen a pisotearla por orden de los poderes económicos glovales o
europeos de turno, por el coco de los especuladores o por nuestros políticos
actuales, mal interpretando el concepto de gasto e inversión, tomando siempre como errónea sus intenciones y no como un acto deliberado, con la intención de buscar un cambio de privilegios hacia la educación privada, nos estábamos equivocando.
Lamente que
la plaza no estuviese a rebosar de gente normal y corriente, de cualquier oficio y condición, totalmente
indignada, enfadada, asustada y concienciada de que ese bien que se estaba
delimitando atacando en sus cimientos económicos, - la cultura y la educación pública
gratuita -, haría que el día de mañana nos encontrásemos con una herencia generacional
de estudiantes tan solo de alto poder adquisitivo o de familias embargadas o reventadas
a trabajar para poder costear los estudios de sus inteligentes y sacrificados hijos,
que querían avanzar en sus vidas con algo tan elemental como la educación y
preparación académica, con unas carreras donde poder crecer como personas y poder
optar a la posibilidad de querer cambiar su estatus económico si fuese su intención.
Pero ya no
solo los padres, hermanos, amigos y vecinos de los “papas”, sino todo aquel
ciudadano, cuyo sistema democrático actual le había dado la posibilidad de
tener esta serie de privilegios, para que el día de mañana, pudiese ofrecérselo
a sus hijos con la cabeza bien alta diciéndole: - ¡ En un momento de la crisis de la primera década
del 2000 el Estado intento arrebataros aquello tan importante de lo que vosotros
gozáis hoy, y yo, tu padre, salí a gritar mi oposición y a defender tu derecho
a conservar esta situación ¡
Lamentablemente
esto no iba con ellos, ni con ellos, ni con ellos, ni con ellos y tras un breve
espacio de tiempo, donde los silbatos de unos ilusionados licenciados en
materias educativas variopintas , provocaban un estruendo y alboroto, mientras
una media docena de integrantes de la concentración movían de un sitio a otro
una pequeña pancarta reivindicativa, mientras una indignada de indefinible edad
junto a un joven, vociferaba un slogan irreconocible y mientras los medios de
comunicación plegaban sus trípodes donde habían estado girando hace unos
minutos sus cámaras y los representantes oportunistas de la oposición se largaban pues ya habían salido en la foto, me gire hacia mi compañera de cursillo y esbozando una
pequeña mueca con tintes de decepción, me gire y le comente que ya
estaba todo hecho, que tras la escasa participación y el desconcierto y improvisada organización,
sin un pequeño comunicado que transmitir, o unas palabras de agradecimiento y reconocimiento a la asistencia del público congregado, mi presencia se había terminado, con el amargo
sabor de boca de que cuando vayan a por cada uno de nosotros, de nuestros oficios
e idelogias, de nuestros cargos u ocupaciones, de nuestras identidades
particulares, siempre estaremos solos y
cuando el yugo de la ignorancia se cierne sobre nosotros, la labor de despegue deberá
de ser mucho más ardua y difícil, porque tendremos que andar un camino que no
fuimos capaces de conservar.
Entonces fue cuando recordé las palabras de
Beltort Bretch. " Primero vinieron....."
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