miércoles, 27 de febrero de 2013

Mi pastorcillo






Pensativo lo miro mientras corre, 
tras ovejas lanudas mal olientes, 
reconozco en sus mugres la tristeza
de verse siempre manejadas e indolentes.

El pastor le sonríe cuando pasa
y con voz de chiquillo le comenta
-"¿Da permiso, señor, para acercarme?"
Asintiendo, le da su complacencia.

La ilusión del pequeño es inmensa,
acarrea el rebaño cual perrillo
y balando como borrego merino
va saltando hacia mil sitios sin paciencia.

La inocencia de la edad, (son 7 años)
y lo raro de sentir cerca el ganado
me recuerda otros años, otros días
de un añorado pero inminente pasado.


Fco. Javier Huertas, 27 de Febrero 2013

2 comentarios:

  1. Me ha encantado, alcanza ese punto mágico que une pasado y presente, encarnado en la ilusión de un niño.
    Besos

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    1. Siempre es halagador cualquier comentario tuyo. Gracias por tus estimulantes aportaciones, se nota que eres buena gente :). Besos!!!

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