martes, 17 de mayo de 2016

- Quédate -



   Desenroscó con cuidado el tapón metálico de la botella de cerveza. Aún estaba fresca.

   Bebió un largo, cadencioso y refrescante trago sin apenas apoyar la boca de la litrona en sus labios. 
   A chorro, un espumeante, largo y sonoro chorro sobre su amplia garganta.

   La acumulación de gases le provoco un gracioso eructo que mientras se secaba la boca con la bocamanga de la cazadora todos festejaron.

   El prado estaba realmente precioso, la primavera saltaba por todos los rincones, por los pequeños arbustos con bayas salvajes coloreando los margenes del rió; las cosechas interrumpiendo las lineas de los surcos; las abejas y otros innumerables insectos pululando cerca a la recién estrenada fiesta.

   Las hormonas saltaban felices chispeando entre los ojos de aquellos nuevos adolescentes.

   Las risas se adueñaban de los gritos, las miradas de alegría se convertían en miradas de complicidad, los corros se iban cerrando y la pequeña multitud se fue convirtiendo en pequeñas parejas alejadas unos de otros pero a la vez cercanas entre si.

   Sin darse cuenta se quedo alejado, solo frente a la hoguera, repasando el chisporrotear de las llamas con sus labios, mirando impasible las brasas que se iban acumulando a los pies del fuego.

   Con una rama de cualquier junco cercano avivo las llamas y golpeo una pequeña piedra con la punta de las deportivas para acercarla a la lumbre.

   El reflejo del fuego en su rostro le infirió una belleza de juventud que tan solo ella capto. Sus expresivos ojos marrones brillaban tiernos y sensibles en la oscuridad de la noche que comenzaba a cerrarse sobre el ahora silencioso grupo de jóvenes.

   Se estaba planteando en levantarse e irse, pues como siempre, debido a su excesiva timidez creía sentirse solo, apartado, alejado del mundo adolescente que le había tocado vivir. 

   Queriendo ser como los demás se topaba constantemente con la realidad de su excesiva sensibilidad, su insoportable lógica, su entrañable lealtad y su maduro y razonado sentido del humor. Queriendo ser como los demás se sentía alejado de ellos y por ello triste y descompasado frente a su edad, sin percatarse en aquellos días lo especial que llegaría a ser y que en esos momentos era para ella.

   Cuando hizo ademan de levantarse al ir a apoyar su mano sobre una pequeña roca redondeada que había junto a él, rozo con brusquedad la mano de aquella muchacha que lo miro con tal pasión que le hizo enrojecer tanto que oscureció el bramar de las llamas de la fogata, aquella preciosa chica  que siempre sonreía cuando el bromeaba sin existo entre los chicos, aquella pelirroja que siempre que miraba hacia atrás en clase para preguntar algo a Pedro, que al cruzarse con su intensa y cariñosa mirada  se posaba ruborizada al sentirse sorprendida sobre los apuntes apenas se rozaban ambas. Aquella chica invisible para el durante tanto tiempo y que siempre había estado pendiente de sus pesares en la intimidad de su paciente búsqueda de la verdad que sabia que el guardaba.

   Se miraron y con apenas un ligero movimiento de labios, sin pronunciar palabra alguna le susurro

   - No te vayas por favor, miremos el fuego juntos.





   Ambos se reconciliaron con ellos mismos, dejaron unidas sus manos aun depositadas sobre la tierra húmeda de la vega del río en el centro equidistante de sus jóvenes cuerpos deseosos de amor y mentes sorprendentemente gemelas  y continuaron durante toda la fiesta sorprendidos de lo bonito  que es ver desvanecerse el calor del tiempo junto a alguien a quien se ama, a quien se conoce, a quien se comprende, a quien se desea sin apenas decir nada, sin apenas reclamar nada, tan solo con la estimulante sensación del amor verdadero de unos peculiares adolescentes en plena ebullición primaveral.



4 comentarios:

  1. Hola JAvi:
    Te diría muy bonito a excepción de los gases cerveceros, jajaja que lo he leído en la biblio y me ha oído reírme hasta el libro de la esquina.
    Escribe más, me gusta!
    Besos

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    1. Muchas gracias por dedicarme unos segundos de tu ajetreado día. Siempre un placer escuchar tus palabras de amigo hacia mis escritos. Bss !!!

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  2. Jo, te has marcado un párrafo final que es para enmarcar, Javier. Muy, muy bien. Gracias por compartirlo. El amor adolescente... tendría muchoq ue decir, incluso que puede durar toda una vida :-)
    Besos

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    1. Hola Silvia, me encanta q te acerques por mi blog, con lo ajetreada q siempre estás leyendo escritores de verdad. Me agrada enormemente q disímiles la verdad sobre mis textos con tu habitual dulzura. No dejes de hacerlo :)) Gracias y buenas noches !!!

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