sábado, 24 de marzo de 2012

La chica de los ojos verdes

       


         El blanco de la camisa marcaba irremediablemente el bronceado que había adquirido en las semanas anteriores en las cálidas y escondidas calas de la Isla de Palma.

         El faldón por fuera le recordaba su anterior aspecto orondo, que siempre le marcaría en su subconsciente y le mantendrían a la defensiva.

         La manos abiertas y relajadas pero introducidas en los bolsillos de sus vaqueros le inferían un aspecto tímido e introspectivo.

         Los pasos lentos, calmados, rítmicos, bamboleantes y acompasados con los hombros.

         La gastada suela de las chanclas veraniegas le recordaban que el paseo era empedrado.

        -Manhatan Transfer "soul food to go"- sonaba en el garito de al lado y se detuvo. Corrían los finales de la década de los 80'.

          El flequillo se abría en la cara arropando la mirada a ambos lados. Sus potentes cejas ensombrecían el rasgo sincero de su mirada.

          Aquella temprana independencia le inferían seguridad, con no mas de 20 años se abrazaba a la vida con entusiasmo y decisión.

          El brillo ardiente de sus ojos relumbraba el paseo, su curiosidad lo escrutaba todo y de repente ...

          ...la ternura estaba sentada dos bancos mas allá delante de él. Era rubia, o castaña, o morena, pero era de verdad. Envuelta en un halo de hermosura, bromeaba con un amplio grupo de amigos y amigas. Unas encantadoras pecas rodeaban cariñosamente sus mejillas y saltaban al aire cada vez que sonreía. Su inteligente mirada giraba constantemente buscando aprobación.

          A su alrededor decenas de machos alfa se pavoneaban indecisos para no alterar el pacto tácito de no beligerancia....pero en ese preciso instante llego él.

          Sin querer, sin poderlo evitar, sus pasos se deslizaron hacia la amalgama de gente junto al estanque.

          Como siempre, su torpeza para esos menesteres se hizo patente y tan solo tuvo acopio de la fuerza suficiente para a no mas de dos metros, detenerse, introducir su nerviosa mano derecha en el bolsillo de la camisa de lino, sacar un sudoroso paquete de Fortuna, extraer un arrugado cigarrillo y mientras lo estiraba deslizándolo entre los dedos corazón, indice y pulgar de su otra mano, rescataba una de su mejores sonrisas y miraba de soslayo aquellos inmensos ojos verdes que lo habían enamorado.




          La canción estaba mediando su duración cuando sin saber como ni porque se aproximo al grupo totalmente decidido con dos enérgicos y precisos pasos y sin apenas intermediar palabra se acerco a ella, le cogió con ternura la mano y ante la sorpresa de todos se la beso depositando una delicada caricia con su labios en el dorso, musitando tibiamente mientras intentaba mirarle con profundidad a los ojos:

          - Hacia tanto tiempo que te estaba buscando que hubiese sido un pecado no haberte tenido entre mis manos.

          El calor intenso de sus mejillas se disimulo con su potente moreno veraniego. La mirada de estupefacción de los asistentes al suceso, se acompaño por un inusitado silencio. La dulzura de sus movimientos, la corrección de sus palabras y la rapidez en su retirada, hizo que nadie se encontrase molesto, ni ofendido y tan solo ella se sintió halagada en lo mas profundo de su ser, por un extraño joven de espesa y cuidada melena, que se alejaba acompasando con la cabeza la últimos ritmos de la música del grupo con nombre de novela.

          Abandono el lugar con una extraña sensación de triunfo y derrota al mismo tiempo, al llevarse en sus labios el sabor de la pasión de su impetuosa juventud y en su mente, el adiós a su destino, al no girar su mirada atrás para comprobar como los labios de ella se movían en el aire y sin pronunciar palabra alguna le decian:

          - ¡Te quiero, no te vayas, dime quien eres, vuelve! -

          Mientras chasqueaba el Zippo una y otra vez intentando soltar la tensión del momento, y silbaba aquella melodía que perduraría en su corazón para siempre, se alejo pensativo sin dilucidar que la felicidad se quedaba sentada a su espalda gritándole en silencio que regresase y acabase lo que habia comenzado.

          Y diez mil veces que volvería a sonar aquella melodía en el futuro, le acercaria  irremediablemente la bella imagen y el interesante recuerdo de aquella dulce desconocida durante el resto de su vida.

4 comentarios:

  1. Me encanta cómo escribes! Esta historia es, sencillamente hermosa. Gracias por compartir tu talento con nosotros, 1beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encanta como mientes. Gracias por tener la delicadeza de hacerlo de vez en cuando. Un besote!!! ;-)

      Eliminar
  2. Una historia contada con sencillez que consigue establecer un lazo de camaradería con el lector.
    Me ha gustado mucho
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pese a no buscarlo, siempre es agradable leer unas menciones de aprobación. Gracias, aunque lo interesante para mi es expresarlo y compartirlo.

      Eliminar