domingo, 1 de mayo de 2016

Metas anónimas


      Apenas a 5 metros se detuvo. Miro pragmático a ambos lados de su vida y sonrió.

      Cruzo un mundo, un mundo lleno de días esporádicos donde el sueño era el rey.

      Sus pisadas resonaban fuerte en el pavimento pese a que desplazaba los pies con ligereza sobre las experiencias distantes de los años vividos. Sabia, reconocía cada una de las aristas de la calle que le estaba tocando cruzar y aun así proseguía con su emblemático sueño de sonreír mientras resoplaba a cada abrupto cambio de destino.

      Acaricio la pata de conejo que llevaba siempre junto a las llaves de su moto y sintió la seguridad del dios que había creado a su imagen y semejanza, aquel dios que le protegía de lo mismo que el había creado.

      La suavidad de su tacto le recordó mejores momentos, o tan solo momentos pasados en condiciones mas propicias. Si, se sentía afortunado de tener la posibilidad de luchar por el mismo, de sentir los efectos maravillosos de la inmensa libertad de sentir su propia vida con las abrasadoras incógnitas que da lo desconocido al igual que lo anhelado.

      Y por fin llego, se detuvo frente a la meta, la observo detenidamente, la contemplo con esa entrañable expresión de triunfo y se volvió. Alejo sus pasos, corrigió su rumbo y puso una nueva parada donde llegar en su carismático GPS, en lo mas hondo, en lo mas preciado de su corazón.

      Necesitaba metas que atravesar, sitios a donde llegar, paginas que escribir, risas que provocar, necesitaba crear, evocar y sentir, necesitaba resucitar, amanecer y como no, sonreír, junto a ella una y otra vez, pero siempre atravesando mares que surcar y verdes prados que correr.




2 comentarios:

  1. Qué bonita declaración. Supongo (no, sé) que todos necesitamos metas
    Besos

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    1. Supongo, y lo sé, q lo q si necesitamos es gente q este pendiente de nosotros para alcanzar y poder o no alcanzar nuestras metas !!

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