miércoles, 8 de febrero de 2012

En búsqueda de empleo - La espera!!!

                                                    
                                               ¡ Tensa espera !



          Recostado en la pared de enfrente del supermercado valenciano más popular hoy en dia, que inunda casi todas nuestras poblaciones ( menos las del Pais Vasco, claro) la gorra bien calada, las bragas de buen paño, cubriendo mi cuello hasta mas allá del mentón, rememoro silencioso, y no solo por las poses, ni por  los inmensos capotes con los que cubrían sus cuerpos para combatir los gelidos inviernos peninsulares , a los endurecidos personajes de mi loado Arturo Pérez-Reverte, personajes forjados en mil batallas, modernos o antiguos, actuales o desfasados, pero siempre firmes luchadores ante la adversidad de las circunstancias en las que se hubiese visto inmersa su patria, España, en el momento contextualizado, pero sobre todo los  pertenecientes a esa franja histórica entre el siglo XVI y XIX, donde el imperio español aun florecía y marcaba el rumbo del mundo,  cultural y políticamente


Imagen del Capitán Alatriste (copyright Arturo Pérez-Reverte)
         Pero más allá de las fuertes personalidades con las que gestaba a sus temerarios y bravos protagonistas, o la crueldad e inteligencia, con las que poseía a sus mas cercanos antagonistas, siempre me llamo la atención el inmenso valor que remarco en la importancia de la palabra dada, entablada por dos hidalgos, el cariz indiscutible del apretón de manos, la sinceridad expresada en la mirada fija de dos hombres, o mujeres, de dos personas que sellan un trato con el simple hecho, con el descomunal acto de entrelazar las manos con energía, de entrecruzar las miradas con franqueza y sin apenas palabras o con el mínimo mensaje, remarcar - ¡ Trato hecho ! -

          En esta guisa me encontraba yo, pendenciero y abstraído, cual Capitán Alatriste, esperando a que saliese mi compañía del mencionado establecimiento, cuando mi teléfono móvil comenzó a emitir la sintonia de la cantina de Star Wars, melodía que mis hijos me acababan de introducir como tono de llamada en mi smartphone.

         Con cuidada delicadeza, de no tocar el botón táctil menos indicado y diese fin a la llamada sin apenas vislumbrar su emisor, introduje con cuidado mi mano en el bolsillo interior del abrigo, no sin antes haberme desecho del guante que protegía mi mano del enorme frió reinante.

         La llamada de un buen amigo, neonato "runner" que contestaba a una tardía quedada dominical, me animaba el día con su fluida y agradable conversación, mientras mi desasosiego se apaciguaba con la distracción de la charla y me evadía de mis inquietudes reinantes.

         Todo lo pedido, exigido y solicitado en su poder, pero el teléfono sigue sin sonar para concretar día, fecha, hora de reunión donde formalizar nuestra unión laboral. donde hacer traspaso de poderes, de carteras sin ministerios pero si administrables.

          No se si mi negativa a insistir en el asunto sea buena o mala consejera, pero no me animo a llamar a la empresa contratante, por si la parte contratada quedase como des-contratada al intentar contratar con insistencia el contrato realizado.

         ! Mañana los llamare ¡   Pensaba, mientras introducía nuevamente el móvil en cualquier bolsillo visible del  gabán y sonreía tibiamente ante la idea del cierre de conversación, que cerraba muy animosamente, aseverando, que dentro de dos fines de semana me aventuraría en mi primera Media Maratón anual.

         Pero esa es historia de otra viñeta que en su momento se dilucidara, ahora queda esperar y confiar, que pase el tiempo que pase, una palabra dada, un apretón de manos, siga teniendo la misma validez ahora que en el siglo de oro español.

          Mañana más...Ah! No abráis todavía las cervezas, esperemos a que nos pongan delante las tapas!!!     ....jejejeje!!!!

       

         

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