jueves, 22 de septiembre de 2011

- La concentración -


B.S.O. " El último mohicano" (1992, Michael Mann) compuesta por Vangelis
dale al "Play" y a leer...

“Primero vinieron a por los comunistas,
y yo no los defendí, porque yo no era comunista.
Después vivieron a por los judíos,
y yo no los defendí, porque no era judío.
Entonces vinieron a por los católicos,
y yo no los defendí, porque yo no era católico.
Finalmente vivieron a por mí,
y para entonces, ya no quedaba nadie para defenderme”

Bertolt Brecht (Augsburgo1898- Berlín1956)



           No eran mas de las 2 de la tarde, cuando desde la cristalera del bar de enfrente mientras me refrescaba con un par de cañas de cerveza y en compañía de una compañera del curso del Sepecam, comencé a vislumbrar que la concentración no iba a ser lo masiva que esperaba. Junto a nosotros, a nuestro alrededor, representantes de las distintas orientaciones políticas, contrarias al actual equipo de gobierno municipal, iban haciendo acto de presencia, concentrándose ambos a nuestra izquierda, unos más cercanos y dicharacheros y otros menos numerosos e introvertidos.
          Las conversaciones iban dando a su fin cuando un numeroso grupo de jóvenes y no tan jóvenes, ataviados con unas camisetas verdes con dibujos en y eslóganes en blanco que no llegaba a reconocer, estampados en el pecho de las mismas,  hicieron irrupción en el centro de la plaza, instalándose bajo las zonas mas resguardadas y ensombrecidas por los árboles.
         Salimos continuando nuestras conversaciones como si no fuese con nosotros lo que estaba comenzando a producirse.
         Tras cruzar la calle comencé a buscar el sitio donde plantarme.
         
         Buscaba ignorante de mí, una cabeza visible del grupo particular con el cual me identificaba y con el  cual quería prestar mi apoyo y presencia solidaria en este evento.
         Entre las innumerables caras sonrientes y la mayoría desconocidas para mi, al no ser un ambiente en el que soliese moverme, no conseguía identificar a algunas personas de mi misma condición, alguien que en estos momentos no estuviese concentrándose o personándose para defender un derecho laboral, donde los recortes económicos, estaban trasladando unas horas de la ocupación de unos educadores a otros menesteres y que los profesores quienes se ocupaban de esos menesteres anteriormente se convertirían en nuevos miembros de la enorme cola de los casi 5 millones de desempleados que pululábamos en nuestro país engrosando sus enormes listas.
          
          Seré conciso, y me dejare de gaitas y rocambolescas definiciones para llegar al mismo sitio.
          Buscaba Padres. Padres de hijos en edades escolares que intentasen defender el derecho a una educación pública gratuita, que en primera instancia estaba siendo atacada, cercenada y estrangulada en su prolongación más inmediata, la educación secundaria.
         Rodeado como me hallaba de profesores de institutos, con plazas fijas o en condición de interinidad, con sus esposas y alguno de sus chiquillos, los menos, con unos cuantos de sus amigos mas allegados, con la pequeña representación de las fuerzas políticas de la oposición y con algún que otro despistado, mientras las cámaras locales de la televisión micrófono en mano, intentando captar el mensaje y sentido de la concentración entre sus defensores y realizando su escaso despliegue de medios, me eche en la cuenta de que no había .
          Ningún maestro de primaria, ordenanzas o conserjes de las instalaciones educativas. 
          Ningún medico, enfermero, ATS o celador de nuestros centros de la Seguridad Social.
          Ningún barrendero, administrativo, cajero o bedel municipal.
          Ningún operario de limpieza, construcción, jardinería, carpintería u oficio y rango de los que nuestras localidades gozan para el bien común cuyos sueldos son pagados con las arcas municipales, provinciales, regionales o autonomicas.
          Ningún funcionario en general.
          Pero lo peor de todo para mi, es que no había…
          ...ningún PADRE o MADRE de chiquillos en edad escolar, que llegasen a captar el peligro que se estaba cerniendo sobre nosotros. 
           Si algo tan elemental como la educación pública, permitíamos que comenzasen a pisotearla por orden de los poderes económicos glovales o europeos de turno, por el coco de los especuladores o por nuestros políticos actuales, mal interpretando el concepto de gasto e inversión, tomando siempre como errónea sus intenciones y no como un acto deliberado, con la intención de buscar un cambio de privilegios  hacia la educación privada, nos estábamos equivocando.
         Lamente que la plaza no estuviese a rebosar de gente normal y corriente, de cualquier oficio y condición, totalmente indignada, enfadada, asustada y concienciada de que ese bien que se estaba delimitando atacando en sus cimientos económicos, - la cultura y la educación pública gratuita -, haría que el día de mañana nos encontrásemos con una herencia generacional de estudiantes tan solo de alto poder adquisitivo o de familias embargadas o reventadas a trabajar para poder costear los estudios de sus inteligentes y sacrificados hijos, que querían avanzar en sus vidas con algo tan elemental como la educación y preparación académica, con unas carreras donde poder crecer como personas y poder optar a la posibilidad de querer cambiar su estatus económico si fuese su intención.
         Pero ya no solo los padres, hermanos, amigos y vecinos de los “papas”, sino todo aquel ciudadano, cuyo sistema democrático actual le había dado la posibilidad de tener esta serie de privilegios, para que el día de mañana, pudiese ofrecérselo a sus hijos con la cabeza bien alta diciéndole:  - ¡ En un momento de la crisis de la primera década del 2000 el Estado intento arrebataros aquello tan importante de lo que vosotros gozáis hoy, y yo, tu padre, salí a gritar mi oposición y a defender tu derecho a conservar esta situación ¡
          
          Lamentablemente esto no iba con ellos, ni con ellos, ni con ellos, ni con ellos y tras un breve espacio de tiempo, donde los silbatos de unos ilusionados licenciados en materias educativas variopintas , provocaban un estruendo y alboroto, mientras una media docena de integrantes de la concentración movían de un sitio a otro una pequeña pancarta reivindicativa, mientras una indignada de indefinible edad junto a un joven, vociferaba un slogan irreconocible y mientras los medios de comunicación plegaban sus trípodes donde habían estado girando hace unos minutos sus cámaras y los representantes oportunistas de la oposición se largaban pues ya habían salido en la foto,  me gire hacia mi compañera de cursillo y esbozando una pequeña mueca con tintes de decepción, me gire y le comente que ya estaba todo hecho, que tras la escasa participación y el desconcierto y improvisada organización, sin un pequeño comunicado que transmitir, o unas palabras de agradecimiento y reconocimiento a la asistencia del público congregado, mi presencia se había terminado, con el amargo sabor de boca de que cuando vayan a por cada uno de nosotros, de nuestros oficios e idelogias, de nuestros cargos u ocupaciones, de nuestras identidades particulares,  siempre estaremos solos y cuando el yugo de la ignorancia se cierne sobre nosotros, la labor de despegue deberá de ser mucho más ardua y difícil, porque tendremos que andar un camino que no fuimos capaces de conservar.
            Entonces fue cuando recordé las palabras de Beltort Bretch. " Primero vinieron....."
        

No hay comentarios:

Publicar un comentario