domingo, 19 de junio de 2011

¿ La mujer de quien?

        Descubrí el rosa palo de su escote cuando apenas había pasado el primer tren. Nadie podía imaginar y menos aun yo, que un desliz como aquel pudiera deparar en esa sarta de incongruencias, en ese conglomerado de mentiras cuando nadie en realidad llego a pedir explicaciones.
        En el momento en el que  se detuvo el taxi, ninguno de los dos quería ser el primero en bajar, pero de toda de las maneras debían de apearse, pensaba ensimismado el taxista mientras recordaba como había acabado la cena la noche anterior cuando su hija le dejaba plantado con la palabra en la boca para recordarle que su novio tenia la fuerza de voluntad necesaria para poder afrontar el reto que el director del banco le había propuesto.
        No tenia que haber descolgado el teléfono pero instintivamente era algo que solía hacer, bien por educación bien por necesidad, lo cierto es que le gustaba atender todas las llamadas viniesen de quien viniesen, pero en aquella ocasión ni si quiera era suyo el móvil que se encontraba al lado de su pitillera, razón suficiente para no volver a comentar nada más en toda la cena.....

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